Escrito por Fiorenzo Campeotto L.
La mayoría de los investigadores y escritores sobre
el Éxito, aportan como primera regla para alcanzar la meta predestinada la
actitud. Si bien es cierto, ésta es
fundamental no solo para lograr el éxito sino también para preservar
nuestro estado físico y mental en óptimas condiciones, ya que cuerpo y mente
sana colabora, en gran parte, al logro de los objetivos diseñados en nuestra vida.
Por
tal motivo, al leer el libro “¡Ni una dieta más!” escrito por la Doctora
Daniela Jakubowicz, médico endocrinólogo y jefe de servicio de endocrinología
de Virginia Commonwelth University en
Richmond, Virginia, comprendí la necesidad de cambiar muchos hábitos que
no son los más adecuados para una sana salud y, así, poder compartir con las personas interesadas en el
tema.
Primero,
debemos empezar por hablar del funcionamiento de nuestro organismo tanto en horas diurnas como
nocturnas. Los elementos internos que hacen mover nuestro cuerpo en todas sus
actividades, varía en función del día. Por ejemplo, tenernos que durante la
noche la Serotonina, neurotransmisores
que se encuentran en varias regiones del sistema nervioso central e influye en
nuestro ánimo, aumenta su secreción en las horas nocturnas hasta el amanecer.
Además, actúa como mediadora en el estado mental antidepresivo, controla el
apetito y la ansiedad.
Como
resultado de su incremento en las horas nocturnas, tenemos tranquilidad,
relajamiento, un estado de felicidad y sueño. Por otra parte, reduce el funcionamiento
de la adrenalina, otro neurotransmisor como la dopamina y noradrenalina. Por
tal razón, durante la noche, presentamos una disminución notoria de la
atención, capacidad intelectual e incremento del sueño que amerita dormir y
descansar.
Según
la Doctora Daniela, la serotonina permanece en altos niveles hasta el amanecer
y desciende bruscamente durante la mitad de la tarde, cuyas consecuencias son:
rechazo al desayuno y, en las tardes, en ocasiones, produce sensación de tristeza y atracción o
adición hacia las harinas o dulces.
Por
otra parte, es importante conocer que nuestra presión arterial es incrementada
durante la madrugada, alcanzando sus
máximos niveles durante las primeras horas de la mañana; siendo ésta razón por
el cual las personas hipertensas amanecen, en oportunidades, con los síntomas de la presión arterial
elevada.
Por
tal motivo, para la Doctora Daniela Jakubowicz, durante las horas de la
madrugada hasta mitad mañana, todos los riesgos cardiovasculares como infartos,
muerte súbita, trombosis o accidentes cerebrovasculares (ACV) están presentes.
Por lo tanto, no nos aconseja de realizar ejercicios durante esas horas, ya que
el mismo, incrementaría aún más la presión arterial y de la adrenalina. Por
consiguiente, recomienda realizar deportes durante horas de la tarde, porque contamos
con menos presión sanguínea y, por ende, fluye mejor la sangre por nuestras
venas coronarias y el riesgo del ACV o infarto en bajo.
Por
otra parte, contamos que durante la mañana los alimentos ingeridos son
convertidos en energía y regenera la masa muscular gracias al efecto de la
hormona cortisol. Por lo tanto, un buen desayuno rico en proteínas como el
queso, la leche, pollo, atún, etc. colaboraría
al mantenimiento de la masa muscular, aumenta la concentración mental y
energía, el estado de alerta y equilibrio de los niveles de glucosa en la sangre y un estable
funcionamiento de la insulina, hormona que lleva el azúcar en la sangra a los
músculos produciendo como efecto el aumento de energía y no de la grasa de
reserva.
Todo contrario son sus efectos durante las horas
nocturnas. Por ejemplo, el organismo disminuye considerablemente la respuesta
al consumo de azúcar durante la noche, incrementa el funcionamiento de la
insulina por el cual no puede trasladar los azúcares a los músculos sino
depositarlos en la grasa de reserva el cual conlleva a engordar y sin obtener
las energías necesarias.
Debemos estar en alerta evaluando cuáles alimentos contienen altas calorías para
la cena y se convierte en riesgos para el organismo, donde se incrementa los
niveles del colesterol, la obesidad, la diabetes, los infartos y los accidentes
cerebrovasculares. Por tal razón, es importante el desayuno, así se evita
ingerir alimentos de altas calorías en la noche.
Finalmente,
las personas que no acostumbra a desayunar sobreviven a la merced de su propia
masa muscular; como consecuencia, es la pérdida de los músculos y aumento de
las grasas. Por otra parte, disminuye la capacidad de su intelecto: aprendizaje
y memoria. No es menos inteligente, pero sí posee bajo los niveles de
solucionar los problemas.