domingo, 21 de diciembre de 2014
EL ÉXITO ES ESPERAR EN LA ESPERANZA
Para quienes celebramos la Navidad, sabemos que
previamente a ésta, el calendario litúrgico católico, nos invita a vivir el
tiempo de Adviento que consiste en la preparación espiritual para el nacimiento
del Redentor: Cristo. Por lo tanto, es un tiempo lleno esperanzas y oraciones.
No
obstante, la vida es una constante espera y todo llega a su debido momento;
desde nuestra concepción se ha convertido en una espera, nuestra madre tuvo que
esperar nueve meses para vernos nacer.
Lo
importante de la espera es que se convierta en una esperanza. La vida no tiene
sentido si la espera no se hace esperanza, como lo dice Lain Entrago “la
esperanza es como la sangre: no se ve, pero tiene que estar porque la sangre es
Vida”.
La
esperanza es el componente especial para la Vida. Una vida sin esperanza es una
Vida sin sentido, es estar muerto estando vivo. Un cuerpo sin la circulación de
la sangre, es un cuerpo muerto.
Aunque
ambas palabras pueden ser similares, su significado es diferente. La espera
implica futuro, estamos casi seguro que ocurrirá “algo”; por lo tanto, nos cargamos de emoción
en esperar lo que va a ocurrir. En cambio, la esperanza tiene cierto grado de
incertidumbre, porque sabemos que puede ocurrir como no. La espera,
normalmente, es a corto tiempo; la esperanza puede ser a corto, mediano o largo
tiempo, todo dependerá del grado de emoción y acción que pondremos a ese
“algo”.
Por
consiguiente, es importante traducir la esperanza en Fe. Una esperanza sin fe no tendría sentido; se convertiría en una
simple ilusión; no tiene razón en esperar porque no existe una proyecto a
realizar.
Sí,
la espera es un proyecto hacia algo que se convertiría en realidad. El proyecto
es un acto de Vida, porque es una
necesidad Vital en el ser humano. Una necesidad es “algo” que aún no ha sido
satisfecho y, ese “algo”, nos proyecta a conquistar el futuro.
En fin,
podemos decir que solo se puede esperar con esperanza aquello que, de una
manera u otra, depende de mí. Es la pasión que nos causa ese “algo” y solo así,
lo podremos conquistar. El Éxito es esperar en la esperanza porque sabemos que
va a ocurrir; despierta en nosotros la emoción, apasionamiento. Nos llena de
Vida y nos pone acción.
Ahí
está la diferencia entre quiénes alcanzan el Éxito y quienes no. Los que
triunfan en la vida saben esperar, no desisten, perseveran hasta conquistar sus
sueños, cueste lo que le cueste; en cambio, aquel que abandona, está botando
sus sueños al desperdicio, reina la frustración, la desilusión y la
desesperanzas. No tiene viva la llama de la emoción, el apasionamiento a ese
“Algo”. En los momentos de obstáculos se deja llevar por el desespero y no por
la razón.
Así
que en está Navidad siempre busquemos el deseo de esperar en ese “Algo” que
tanto anhelamos y nos llevará a la conquista de ese fin al cual todos estamos
obligados a obtener: la felicidad.
¡Ah!
Y no olvide que juntos caminamos hacia el Éxito.
domingo, 14 de diciembre de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)