jueves, 28 de mayo de 2015

LOS SUEÑOS DEL DOLOR NOS IMPULSAN AL ÉXITO.

      Por Fiorenzo Campeotto L.  


Escuche decir a una pareja de conferencistas en un seminario patrocinado por una empresa de multinivel, los motivos que les conllevaron a realizar el negocio del marketing o mercadeo en red. Ciertamente, esta pareja en dicha corporación habían alcanzado un nivel muy importante de liderazgo. Pero lo más impactante, a mi parecer,  fue cuando la dama, de profesión docente, expuso sus razones, aún con lágrimas en los ojos,  que le motivaron alcanzar sus sueños hecho realidad. Estos sueños lo llamo “los sueños de dolor”.
Primeramente debemos empezar por definir ¿Qué se entiende por sueños? No estoy  hablando de los sueños cuando pasamos a un nivel total de relajación en la etapa de descanso o dormir. Tampoco me refiero a los sueños reveladores producto del nivel de subconsciente. Estoy hablando de aquello que anhelamos y  queremos conquistar  o nos gustaría hacer o tener. Son motivos o razones que, en cierta forma, nos impulsa y orienta hacia un fin predeterminado.
Estos se dividen en dos modalidades: los sueños de placer,  aquellos que nos gustaría tener o hacer para satisfacer el nuestro propio Ego de confort, tales como: viajar por el mundo, tener cierta marca de carro o un jet privado, etc. Los otros, son los sueños de dolor, son aquellos que surgen por una necesidad que nos afecta emocionalmente, como tener  una cómoda y segura vivienda para mi familia, luchar para no pasar necesidades económicas, mudarme de habitar en un barrio de alta peligrosidad para una zona segura,  etc.
Los sueños de dolor son los que nos motivan a conquistar las metas, en cambio, los sueños de placer son motivos pero no de gran impulso como los anteriores. Muchas de las personas que conozco sueñan de placer pero lo convierten simples ilusiones, no le dan la importancia como tal, porque están cómodos en su zona de confort. En cambio, los sueños de dolor se transforman  en el combustible para lograr las metas.
Le voy a comentar otro caso de un docente que conocí en una institución educativa de perfil rural. Este profesor,  narro la vida que llevo su madre quien fue abandonada por su padre cuando él y sus otros tres hermanos aún eran niños.   Estos niños viendo el esfuerzo y sacrificio de su madre, que se levantaba muy temprano para salir a la calle a vender lo que conocemos en Venezuela como empana, desayuno típico y popular de nuestro país, lograron culminar sus carreras universitarias y así poder, cada uno de ellos, tener una herramienta en el futuro con qué defenderse.
Están muy agradecidos  por el esfuerzo y sacrificio de su mamá, gracias a ella lograron cada uno sus metas de convertirse en profesionales universitarios. Ahora ellos, sacaron a su madre de la miseria donde vivieron su infancia, les dieron una casa decente con la comodidad de todos los servicios básicos y todos ellos están pendientes  que no le falte nada.
 El profesor, un hombre ya de edad sobre los cuarenta años, con unas lágrimas que deslizaban por su mejilla, me dijo: “gracias a mi vieja, todos mis hermanos y yo somos profesionales, por eso a ella le damos ahora todo; no queremos que pase más trabajo en lo que le queda de vida”. Un sueño de dolor que se tradujo en una oportunidad para alcanzar el Éxito.
 Me preocupa muchos los jóvenes, futuro de nuestra sociedad,  cuando les pregunto que quieren alcanzar en la Vida o que quieren ser en el futuro o cuáles son sus sueños; sus respuestas son muy vagas. De ahí, comprendí que todos tenemos oportunidades y podemos lograr  satisfacer nuestras necesidades que nos afecta emocionalmente; pero lo más importante es pensar y decidir si las tomamos o dejamos que otros las tomen por nosotros.
Para finalizar, no importa quién eres o de dónde proviene, si eres rico o pobre, blanco o de color, hombre o mujer, joven o viejo; lo que importa es que descubra cuáles son tus necesidades que te afectan emocionalmente; entonces, busca el camino exacto que te conduzca a lograr las metas propuestas y alcanza el éxito en lo que realmente quieres triunfar.

…Y no olvides que tu y yo estamos en el camino del Éxito…