jueves, 19 de enero de 2012

EL PODER DEL DESEO, CLAVE PARA EL ÉXITO


EL PODER DEL DESEO, CLAVE PARA EL ÉXITO
Fiorenzo Campeotto

No es lo mismo decir el “poder del deseo” que el “deseo del poder”, aunque son las mismas palabras pero invertidas, ambas frases hacen referencia al DESEO. El Poder del Deseo alude al deseo como tal para hacer realidad nuestros sueños, nuestras esperanzas, lo que tanto anhelamos y estamos luchando para conquistarlo; en otras palabras, nos empuja a hacer realidad nuestro proyecto de vida. En cambio, el Deseo del Poder hace referencia a la ansiedad de algunas personas para obtener el Poder; podemos decir que presenta una patología de dominio absoluto, falso liderazgo o como lo manifiesta Luis Bravo en su libro “Éxito y Liderazgo” cuando habla del líder manipulador.
Nos preguntamos ¿Qué se entiende por Deseo?
Para Aristóteles el Deseo es un apetito y éste produce ansiedad que debe ser satisfecha. Locke refuerza esta definición como “la ansiedad que un hombre halla en sí a causa de la ausencia de algo”.
Por otra parte Karol Wojtyla (S.S. Juan Pablo II) en su obra Persona y Acción nos dice que el Desear “es apuntar a algo”; por tal razón, según este autor, no es suficiente decir que nos gustaría ser o hacer o tener tal cosa, sino que esa cosa que deseamos ser, hacer o tener nos produzca un estado de excitación y anhelar con todas nuestras fuerza para alcanzar la meta propuesta. Para Wojtyla K. la excitación produce ciertas manifestaciones dentro de nuestro organismo: circulación sanguínea, respiración, aceleración del ritmo cardíaco, etc. Me acuerdo en mi época de adolescencia los primeros enamoramientos a que llamamos platónicos, cuando veía a la chica de mis ilusiones, producía cierta coquillas en el corazón, sudoración fría, etc. Algo parecido a esto es el estado de excitación que debe producir lo que deseamos.
Otro ejemplo de lo ante expuesto lo podemos ilustrar con nuestra sed, ésta produce ciertas reacciones en nuestro organismo, primero deseamos beber una jarra de agua bien fría porque sentimos la garganta seca, respiramos con fatiga y empezamos a inquietarnos hasta buscar por todos los rincones agua y poder saciar nuestra sed. Ya conseguida el agua y la tomamos nos sentimos que hemos satisfecho nuestra necesidad y empezamos a rumbar nuestra mente y energía para otro destino.
Siguiendo este orden de ideas, el Deseo hace que algo sea atractivo, vemos en él una serie de propiedades que nos agrada. Siguiendo el ejemplo de la chica, la vemos hermosa, atractiva, amorosa, es la mujer de nuestro sueño; no debo obviar que lo mismo pensará y sentirán las chicas por un chico. Y en el ejemplo de la sed, lo atractivo es la jarra llena de agua con hielo para satisfacer la sed de lo contrario no estamos del todo conforme y, en algunas oportunidades, empezamos a descartar el objetivo que no es tan deseado. En fin, ese mismo carácter que hace “algo” atractivo o no es lo que determina la Voluntad del “deseo”, es decir en aceptar o rechazar a ese “algo”.
Sin entrar en discusiones banales cuánto se ha escrito y publicado sobre el Éxito y siempre surge la pregunta por qué algunos alcanzan tener lo que quiere y otros no. Yo comparto a plenitud que todos podemos lograr lo que queremos, todos tenemos la potestad de hacer realidad los sueños que tanto anhelamos. Lo que logran hacer realidad su proyecto de Vida es porque han entendido el poder del deseo; sienten con ansiedad lo deseado. Poseen apetito de ese “algo” y este apetito le abre la ansiedad del deseo, este abrir es conquistar las oportunidades de la Vida, sacrificar unas cosas para lograr el beneficio de otras, multiplica sus logros, sus esfuerzos y sus energías.
Anteriormente, le comentaba sobre la “Voluntad del Deseo” es porque el Deseo forma parte de una acto de Voluntad. La Voluntad es “querer” y ese “querer” es un acto de nuestra “Libertad”. Somos seres libres para querer lo que anhelamos y decidir si lo conquistamos o no. Por tal razón algunos alcanzan lo deseado, otros quedan a medio camino y otros no se deciden nunca a tomar la iniciativa. Basta haberle dicho a otros lo que anhelamos y éstos lo logran para después decir “…esa idea fue mía”. Sí, pero nunca la ejecutaste o abandonaste. Ese alguien fue más astuto y te robo tu idea, porque siempre tenemos una excusa o le echamos la culpa a ciertas circunstancias de la Vida.
Cuando tenemos definido una meta en nuestra vida y esa meta es buena, debemos mancomunar nuestros esfuerzos para lograrla frente a todos obstáculos. Superar y vencer los problemas, saber como afrontar todas vicisitudes negativas que se convierten en piedras de tranca. Convertirnos en personas estrategas, planificadores y ejecutores de lo planificado. De lo contrario, podemos decir que nuestro Deseo ha fallecido, debemos darle la santa sepultura; no existe el Poder de la Voluntad para ejecutar nuestra meta.
Para evitar la sepultura de nuestro proyecto de Vida es importante que entre en acción los elementos en común de: DESEO-VOLUNTAD-LIBERTAD; si estos tres elementos no permanecen unidos no logramos lo que anhelamos. Esto lo experimentamos cuando vemos que el Deseo es mayor, entonces produce una mayor ansiedad de lo que queremos y, por ende, la Voluntad será mayor y poseemos la Libertad de decidir la ejecución de nuestros planes en forma inmediata. Viceversa, cuando el Deseo es menor no existe la ansiedad y, como consecuencia, la Voluntad entra en una disyuntiva de querer o no querer y nuestra Libertad queda totalmente restringida para decidir si lo ejecutamos o no, otros serán que decidirán por nosotros.
Finalmente, le diré que el Deseo no puede ser impuesto ni obligado, dejaría de ser Deseo para convertirse en “Algo Impuesto”. El Deseo debe ser Voluntario y Propio de cada quien para convertirse en la Clave del Éxito; el Deseo unifica y canaliza todas nuestras energías y esfuerzos para alcanzar el Éxito, en lo personal, profesional, espiritual, mental, social, intelectual, patrimonial, emocional, física y financieramente.

Para tus comentarios están disponibles los facebooks:

Fiorenzo Campeotto
Cies Vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario