Fiorenzo CAMPEOTTO L.
“…la clave del Éxito en todo individuo
consiste en lograr la autorrealización primero como persona y luego en todos los proyectos de vida.”
En
un encuentro de liderazgo empresarial, el expositor invitado cometió un grave
error al atribuir la célebre frase de Descartes “pienso luego existo” a Sócrates. Fue grande el asombro y, sobre
todo que vino de una persona intelectual, pero quizás tuvo una pequeña
confusión como humano: errar es válido y ratificar es lo correcto. Así que dije
debo publicar con urgencia la biografía de este célebre filósofo griego para el
público en general que siente inclinación por el conocimiento.
Se
desconoce con exactitud cierta fecha de su vida, el cual los historiadores de
la Filosofía dan entre 470/469-399a.C.Hijo de un artesano escultor griego
Sofronisco y de una humilde ama de casa Fenáretes quién después del
fallecimiento de su esposo se dedicó para el sustento de su familia al oficio
de partera. Gracias a esta labor de su madre, Sócrates implemento como método
de la filosofía la mayéutica que consiste en hacer parir las ideas por medio de
preguntas hasta llegar a una aproximación de la Verdad.
Aprendió
filosofía por medio de las disputas que se realizaban en las plazas públicas de
Atenas; a su vez, poseía conocimientos de astronomía, matemáticas y música.
Pero su gran pasión fue el estudio del hombre como ciudadano, por los graves
problemas que atravesaba su ciudad natal en el aquel tiempo. El desarrollo de
la metrópolis debilitaban el respeto a las leyes y buenas costumbres del
ciudadano, la imposición de un nuevo sistema educativo que rompían el hilo
histórico y cultural de los ciudadanos;
por lo tanto, Sócrates quiso imponer un nuevo modelo de hombre como ciudadano concreto
dentro de su idiosincrasia cultural ateniense.
Durante
los años 400-399 Sócrates fue condenado
a muerte bebiendo la cicuta por negarse a honrar a los dioses de la
ciudad e introducir nuevos demonios, además le culparon de corromper a los jóvenes;
pero la verdad es que criticaba duramente a los que faltaban su propia cultura y costumbres y, tan solo, se dedicaba a enseñar a los jóvenes a pensar y
a conocer la propia realidad.
Sócrates
no dejo nada escrito, solo sus enseñanzas en charlas dictadas en las plazas de
Atenas a todas personas que querían encontrarse en sí mismos y descubrir la
fuente de la Virtud. Persuadir y disuadir era su cualidad como filósofo, de
estos atributos, en la contemporaneidad, surge la Orientación Filosófica o Filosofía
Práctica.
Sócrates
descubre que en toda sabiduría existe una limitante: nunca se completa el
conocimiento y las experiencias; por tal razón es considerado como el sabio de
los sabios por la célebre frase “solo sé que no se nada”. El sabio es el que
sabe que no sabe nada.
El único saber fundamental que debe conocer todas
personas, es el conocerse a sí mismo: “conócete a ti mismo”. Además, el ser
humano debe cuestionar una sola realidad: conocer el Bien. Solo así, para este
gran filósofo, puede el hombre conseguir la Felicidad, pero una felicidad
interna llena de amor y paz, no un goce en las cosas banales del mundo.
Traduciendo este pensamiento socrático aplicado a la
realidad del mundo contemporáneo podríamos decir que la clave del Éxito en todo
individuo consiste en lograr autorrealización primero como persona y
luego en todos los proyectos de vida. Por lo tanto, para Sócrates todo ser
humano posee la potencialidad para ser feliz en la Vida; los logros para y por
el bien es factor de felicidad, todo lo que construimos en bien forma parte de
ella.
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