¡Hola
profesor! fue el saludo de un joven ex alumno que teníamos tiempo sin vernos, al cual
admiro por su sentido de lucha y anhelo de querer superarse en la vida. Nos
paramos a conversar de todo un poco; como es de costumbre con mis ex pupilos.
Le pregunté si ya había formado familia.
El me respondió que aún no, pero que estaba en conquista de una chica y surgió
el siguiente comentario:
-¡Qué casualidad! Estaba pensando en
ella y la vi ahora, cuando venía para acá, pero ella no me vio, aún no la he
invitado a salir; ella no sabe que me gusta. He hablado muy poco con ella. Por
cierto, Profesor: ¿Usted cree que eso
fue casualidad?
Le respondí que no y le explique las
razones. Desde ese momento, sentí la
motivación para escribir este artículo; el cual, refuerza a los anteriores
sobre ·el éxito que no es cuestión de suerte ni un juego al azar, sino de
actitud.
Primero debemos definir qué
entendemos por causalidad y casualidad; empecemos por el primero. El término “causa”, fue empleado por los antiguos griegos desde un enfoque
netamente jurídico que significó acusación o imputación. Pero, a través de las
investigaciones y estudios filosóficos, sobre todo, en el campo del Derecho, el
término de “causa” significa que no existe imputación de algo o alguien, sino
un acuerdo de cierta norma sobre un hecho en particular o la ley que rige todos
acontecimientos de la misma especie. Por lo tanto, desde este punto de vista no
es tan útil para lo que queremos llegar.
Luego, la “causa” paso a significar
la razón de cierto efecto producido; por consiguiente, podemos decir que la
causa es todo aquello que produce un efecto; es el motivo del efecto.
Ahora bien, se preguntarán ¿qué
tiene que ver todo esto con lo dicho por el joven sobre su posible encuentro “casual”, mejor dicho “causal” con la chica? Lo explicaré en
forma sencilla: la chica tenía, en ese momento una causa para transitar por esa
vía, solo ella lo sabe. Por otra parte, el joven, también tenía una causa para
caminar por la misma vía. Coincide el tiempo y el espacio. Si uno de los dos se
hubiese desviado o detenido no existe tal encuentro. Pero el joven, valora
haber vista a la chica porque estaba el anhelo en su mente, su pensamiento para
ese momento era proyectado hacia ella. Por tal motivo, él le da la importancia
al verla aunque ella no lo haya visto. Entonces, nos preguntamos, ¿será que el
joven atrajo ese encuentro? Ciertamente, según sus comentarios él estaba
pensando en ella y fue quien la vio. La chica no vio al joven siguió su rumbo
El filósofo David Hume (1711-1776) dice que
el principio de causalidad, tiene un
carácter de necesidad de orden psicológico. El joven ex alumno, en ese momento
sentía el anhelo de ver la chica; tenía la necesidad para satisfacer su sentimiento.
Aún más, siente la ilusión del Amor, para quienes nos hemos enamorado alguna
vez o seguimos siempre enamorados, conocemos ese “coquilleo” en el estómago,
así lo decimos en forma popular o coloquial.
Bajo este orden de ideas, otro
ilustre filósofo como Henry Bergson, también nos aporta que el principio de
causalidad es una necesidad subjetiva de orden pragmática; controlada por la
inteligencia y motivada por intereses de la vida cuyo fin es útil para la
persona. Es decir, es la necesidad de conquistar algo para satisfacer mi YO.
Por tal razón, considero que el
Éxito no se logra si en el fondo de cada persona no existe una verdadera y
profunda necesidad de conquista. La necesidad como causa de…es la que nos
impulsa a superar todos obstáculos, a perseverar en la trayectoria a no
renunciar, cueste lo que cueste.
Por otra parte, la casualidad, que
no es principio porque no posee fundamento alguno ni leyes que la rige, es al
azar. Nada es casualidad, todo es causalidad. El psicólogo. Carl Jung, habla
que no existe la casualidad sino la “sincronicidad”, esto cuando dos sucesos se
dan en forma simultánea vinculados por el sentido. Retomando el ejemplo del ex
alumno, vio la chica que le gusta en ese momento y lugar, el cual únicamente
tiene sentido para él porque era quién la anhelaba verla en ese momento. Por
tal razón, existió una conexión entre el joven con su entorno.
Entonces, nos preguntaríamos ¿Qué
ocurre cuando vamos caminando por una calle y nos encontramos una bolsa de
dinero, es causalidad o casualidad? La respuesta te la doy con otra pregunta,
¿qué hubiese ocurrido, si en ese momento no va por esa vía? El dinero estuviese
ahí o se lo hubiese encontrado otro. Aún más, ¿cuál fue el motivo que elegiste
esa vía?
Para concluir le digo, la necesidad es la que origina el “principio
de Causalidad como piedra angular para el Éxito”, visualizando el objetivo,
sueños o metas, lograremos que todo fluya a favor nuestro. Toda causa produce
un efecto.
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