EL LIDERAZGO EN EL
LÍDER, LA VÍA DEL ÉXITO.
Fiorenzo CAMPEOTTO L.
Puede
resultar muy normal hablar de líder y liderazgo y sus elementos en comunes,
pero en sí son dos conceptos diferentes que se interconectan en las andanzas de
las relaciones interhumanas bien sea laborales, sociales y familiares. Antes
todo, el líder se deriva del inglés leader,
es un guía, una persona que conduce a otro u otros en la búsqueda constante
de satisfacer una o unas necesidades en común. En cambio para Bravo Villarán
Luis, el liderazgo es la “capacidad, habilidad, consistencia y valor de la
persona, para ser seguida por un conjunto de otras personas, para el logro de
un fin común y de beneficio para todos los que participan”.
En
resumen, podemos decir que líder es el concepto atributivo a un
individuo en particular; en cambio, es liderazgo son las acciones que este
individuo aplica hacia un fin común. No existe líder si no medimos su liderazgo
en los indicadores de la capacidad, habilidad, consistencia y valor de la
persona como tal.
Veamos
esto por parte. Antes todo el líder tiene que sentirse en capaz de guiar a
otros, iniciando esto por la capacidad de conocerse a sí mismo
para obtener los otros elementos que calificarán a su liderazgo.
Habilidad.
El líder debe emplear técnicas adecuadas en cada escenario que se le presente.
Estas técnicas deben manejarse con suma cautela que no perjudiquen a los
intereses comunes del grupo. Solventar las fallas con inteligencia y mantener
siempre al equipo motivado al logro de sus objetivos.
Consistencia.
El líder siempre debe reflejar una personalidad equilibrada, manteniendo en
constante balance emocional con la razón. Producto de este equilibrio es
la seguridad que le brinda a su grupo reflejado en las tomas de decisiones con
precisión y firmeza, minimizando los riesgo que pueden afectar al logro de la
meta y a los interés en común.
Valor.
El líder es un individuo con principios
y valores éticos, reflejados en sus acciones previas y durante su liderazgo.
Los elementos axiológicos desarrollados brindan la confianza y el respeto al
líder como persona, en cierta forma le da autoridad en decidir las acciones
pertinentes en pro del bienestar de todos los integrantes del grupo. Es el
capitán de la nave que sabe tomar bien el timón para seguir avanzando frente
las altas mareas minimizando los riesgos de naufragio.
Viendo
esto podemos decir que la tesis que el líder nace no es valida si no existe su
liderazgo y, estos elementos, no son innatos sino se forjan durante el crecimiento
y desarrollo de la persona desde la educación en su hogar como las relaciones
sociales.
Es
importante agregar a estos elementos la congruencia de lo que dice frente sus acciones a emprender. Conozco unos
cuantos líderes que no son congruentes y, automáticamente, pierden la contextura en habilidad consistencia y valor de su liderazgo.
Es el elemento que provoca el desánimo en el grupo. La congruencia no forma
parte de valor sino que está en interrelación con todos los demás elementos y, ciertamente, es
un factor que debe ser analizado y corregido durante la capacidad de conocerse
a sí mismo. Una persona incongruente no puede bautizarse como líder, dejaría
ser guía, ya que el guía no solamente conduce sino que es modelo a seguir.
Finalmente,
podemos decir que la vía del éxito del liderazgo radica en el desarrollo óptimo
de estos elementos y otros tales como: convertirse en un buen comunicador,
delegar funciones y responsabilidades según las aptitudes de cada integrante
del equipo, flexible frente las decisiones tomadas, esto es que puede ser
corregidas frente cualquier circunstancia y escenario; el desarrollo de la
identidad grupal donde cada integrante sienta en sí el sentido (valga la
redundancia) de pertenencia con el grupo.
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